En voz alta!

Ay patria mía, quien lo diría… Que hoy en día la gente te olvidaría. Hoy me he sentado en mi escritorio a escuchar una conversación Acerca de la educación, La cultura y los valores se han esfumado, Y solo queda el humo nublado. Mientras escucho las diferentes opiniones sobre la educación, El 4% y el presupuesto de esta nación, Me pongo a meditar en las diferentes opiniones, Que aunque ellos lo ignoren, denotan preocupación. Entramos a la conversación sobre el himno y los valores, Recordando aquella época donde la gente se detenía, Sin importar lo que sucedería, A escuchar esta hermosa entonación. Ay patria mía, quien lo diría… Que hoy en día la gente te olvidaría. Que bonito es recordar una época de respeto, En donde al afecto y el aprecio, se le ponía mucha atención. Quisiera volver a vivir en una nación, En donde el compromiso por la patria este por encima de la corrupción. Ay Duarte, Sánchez y Mella  si ustedes supieran lo

A veces solemos justificar algunas cosas que nos pasan en el recorrer de la vida, y tendemos culpar al destino por ello, pero quizás todo hubiese sido muy diferente si hubiésemos actuado de manera correcta cuando debimos hacerlo. Cuando nos examinamos en el fondo, nos damos cuenta de que pudimos haber hecho algo y que por no hacerlo nos encontramos en esa situación, pero ya envueltos en todo el rollo no hay tiempo para hacer lo que debimos hacer con anterioridad, y es mas fácil ahora culpar al destino. Así pasa también con nuestra vida espiritual, vivimos justificándonos delante de Dios, y quizás algunas veces de manera inconsciente. Pensamos que porque nos hemos bautizado en una iglesia Cristiana dejamos de ser pecadores, y nos vestimos de una falsa bondad ocultando muy profundamente nuestra maldad, obligándonos muchas veces y mintiéndonos a nosotros mismos!!! wao hacemos todo esto tratando: no de engañar a Dios, porque al el no lo podemos engañar; sino a nosotros m

Miguel Ángel Moreno: Praemortis. Lee los primeros capítulos. : “Yo he roto la frontera de lo tangible para revelar las fuerzas de un nuevo mundo. He contestado, por medio de mi fórmula, la última pregunt...